“El “Libro ladrillo de Juan Frío” (Cúcuta, agosto 2022) cuenta la catástrofe que significó la llegada de la guerra”: Arturo Guerrero
Hay un libro que es un ladrillo, que tiene nombre de Juan, pero es un pueblo. Este pueblo se presenta como frío pero es de clima templado. Tampoco es pueblo, es corregimiento, vereda, con dos mil habitantes cercanos a Villa del Rosario y a Cúcuta. Queda entre dos países, Colombia y Venezuela, como las dos partes enrevesadas de que consta este libro.
A esta combustión fueron sometidos también los habitantes, que relatan un sacrificio y una resurrección. Así declara su intención el autor cucuteño, Juan –¡otro Juan! – Carvajal Franklin: “de esta manera poetizada y sutil es dable ver lo que no se ve… y rebelarse en contra de valores unidimensionales”.
Las figuras dan escalofrío. Son resultado de ocho meses del taller “De los cuatro elementos”, apoyado por la Comisión de la Verdad, en el que participaron en ´juntanzas´ un grupo de víctimas de atrocidades y otro de responsables de las mismas. No fue una audiencia legal, sino un sinceramiento, un encuentro de posguerra.
El “Libro ladrillo de Juan Frío” cuenta la catástrofe que significó la llegada de la guerra. Los hornos de la greda acondicionados para crematorios humanos, el fronterizo río Táchira trocado en “río de los cuerpos”, los cadáveres que “nunca bajan completos”, la mujer que “sueña que su hombre duerme en un acuario”.